La llama Olímpica está aquí hoy porque las Naciones Unidas y el Comité Olímpico Internacional tienen objetivos comunes. Nos animamos a afirmar que Rio 2016, los Juegos de la XXXI Olimpíada, también comparten esos compromisos. Buscamos un futuro mejor para la humanidad en un mundo en paz, con diálogo, inclusión y en tregua.
El deporte y la diplomacia comparten valores y contribuyen a la igualdad social de la misma mágica manera. El poder de las palabras es igual a la explosión de energía de un atleta, profesional o no, en cualquier momento crucial de la competencia. El coraje y la determinación de un Olimpista es igual a la resistencia de un negociador. El deporte y la diplomacia en sus respectivos momentos han detenido guerras.
Es con gran honor que estamos aquí hoy. Rio 2016 está listo para hacer historia. Nos hacemos más fuertes cuando enfrentamos un obstáculo. Nos obsesionamos aún más con la perfección cuando nos damos cuenta de que podemos hacer más.
Río ha peleado por el honor de ser una ciudad Olímpica porque queremos expandir las fronteras del Movimiento Olímpico. Queríamos los primeros Juegos en Brasil, en Sudamérica, para que la gente pueda ser testigo de la historia Olímpica en una nueva región del mundo. Decidimos organizar los Juegos de manera económicamente sustentable. Estamos comprometidos con la transformación de Río porque la regla es simple: la misión central de los Juegos es dejar un legado tangible.
Prometimos llevar la experiencia Olímpica a todos los rincones de Brasil y la antorcha que será encendida el martes en Brasil hará justamente eso.
Trajimos por primera vez la sagrada llama Olímpica a las Naciones Unidas porque queremos ser aliados en su misión de cambiar el mundo para mejor. Quiero agradecer a las Naciones Unidas por permitirnos estar aquí, y especialmente al señor secretario general (Ban Ki-moon) y al presidente del Comité Olímpico Internacional (Thomas Bach).
Los brasileños construirán unos Juegos grandiosos. Rio 2016 ayudará a nuestra gente a tener más confianza. Los Juegos confirmarán que Brasil siempre sale de los problemas más fuerte que antes. Y celebraremos. Honraremos a los atletas que inspiran a la juventud. Recibiremos a nuestros visitantes con gracia y encanto y estaremos por siempre agradecidos con quienes creyeron en nuestro sueño Olímpico y ayudaron a convertirlo en realidad.
Tenemos 98 días hasta la ceremonia inaugural en Río. No tenemos un segundo que perder.
Estamos listos para ser los anfitriones del mundo. Orgullosos de ser brasileños y agradecidos por ser parte de este momento con la ONU y el COI. Sabemos del tamaño de nuestras responsabilidades como guardianes de la llama Olímpica. Estamos listos. Listos para transformar. Listos para ayudar a construir el futuro que todos merecemos.
Muchas gracias. Muito obrigado.